¿Alguna vez has sentido el deseo de ser defendido por alguien o defenderte de alguien? Cuando creemos tener una causa justa, nos parece que todos deben apoyarnos. Sin embargo, no siempre es así. Esperamos mucho de los demás o gastamos muchas fuerzas tratando de hacer nuestra propia defensa… El salmista David nos anima con esta palabra: "El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le Aman, y los defiende." Amar a Dios es obedecer sus mandamientos. Es vivir reverentemente: los pies en la tierra y el corazón en el cielo. Cuando vivimos en el Amor de Dios, podemos contar con la seguridad de que él se hará cargo de nuestra defensa. ¡Animo!
Oremos: Dios Amado, te agradecemos por habernos revelado a Cristo. Te agradecemos por habernos dado la promesa del Espíritu Santo. Fortaleze nuestro Espiritu, quiero tenerte siempre en mi corazon, y obedecer tu palabra por amor a ti. Te lo pido en el nombre de tu hijo amado Jesus. Amen.
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